La nieve recién caída ofrece a todos los propietarios de jardines una vista romántica desde la ventana de la habitación con calefacción de la casa familiar. Pero no sólo eso. La nieve también aporta muchos aspectos positivos. Especialmente el tan necesario aporte de humedad. Sobre todo si el suelo aún no está helado. Cuando se descongela poco a poco desde abajo. Proporcionando riego a toda la zona ajardinada. Incluso con el calentamiento gradual posterior, las grandes cantidades de nieve tienen un efecto realmente beneficioso sobre las aguas subterráneas. Lo que todos los jardineros no saben y a menudo se deshacen de ella sacándola con pala fuera del jardín. Así que un buen consejo para todos es quitar la nieve poco a poco.
Lo ideal es hacerlo directamente debajo de árboles, arbustos, parterres o plantas perennes. La nieve en el jardín tiene la ventaja añadida de evitar que los cultivos se congelen. Sobre todo alrededor del cuello de la raíz. Para los que se puede proporcionar buenas propiedades de aislamiento térmico. También es necesario amontonar nieve bajo las coníferas. que sufren de falta de humedad durante los meses de invierno. Sobre todo si ha habido un largo periodo de sequía en otoño, entonces llegan las primeras heladas, que impiden por completo que la humedad se filtre en el suelo. Por lo tanto, la mejor solución es regar adecuadamente antes de que el suelo se congele. Y si eso falla, amontonar más nieve puede al menos remediar un poco la situación.
Así como la nieve es un buen sirviente en el jardín, también puede ser un mal amo. Y eso ocurre cuando cae en grandes cantidades y es pesada y húmeda. Y puede romper fácilmente las ramas de árboles y arbustos, o incluso dañar el techo del invernadero. Que no puede soportar su peso. Por eso hay que pensar en ello de antemano. Ata las ramas frágiles de los arbustos y retira continuamente la nieve de ellas. Lo mismo vale para quitarla del tejado de la pérgola del jardín. El problema también surge cuando la nieve se derrite rápidamente pero luego se congela. Este hielo hará tanto daño como la nieve húmeda y pesada. También hay que evitar que entre en el jardín nieve salada o aceitosa, que puede llegar al jardín cuando se derrite directamente desde la carretera.
